Caes.

Y de repente, te caes.

Porque necesitas algo a lo que agarrarte con fuerza para no creer en ello, para no resbalar desde tan alto. Porque poco a poco has ido llegando a este sitio, gracias a su ayuda. Pero de la misma manera caes, o quizá no de la misma manera, si no peor, caes de golpe, sin avisar... Y aún así sigues sin creer nada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

He tocado fondo, pero estoy cómoda en él

La más perfecta de todas.

princesa..