Pequeña

Echo de menos aquellos tiempos pasados, cuando yo era una cría enana y feliz, sin dudar de nadie. Sabía sonreirle a todo y todo el mundo sabía sonreirme a mí, hacerle daño a alguien era trampa, y no importaba el color de tu piel, no importaba nada, simplemente se vivía. Lo que más amargaba mi vida eran los deberes, los cuales me duraban quince minutos y no más, el cromo tan ansiado era el mejor regalo que alguien podía hacerme. Una bolsa de chucherías podía hacer que me callara todo el viaje en coche, podía darte un beso y nadie me miraba raro. Una tarde en el parque? La mejor. No se necesitaba alcohol, tabaco o demás para pasarte la mejor tarde del mundo, tan sólo un balón, o bueno, en mi caso, una barbie y todas mis amigas. Yo era tal y como era, bueno no, todos eramos tal y como eramos, y nos queriamos así, no criticábamos a nadie, aceptábamos a todos. Los quería tanto a todos...y han cambiado tantísimo. Pero yo sé que todos recordamos esos días felices... y yo sé que todos aquellos con los que pasé mi infancia, que no son pocos, siguen siendo en una pequeña parte como eran antes...

Comentarios

Entradas populares de este blog

He tocado fondo, pero estoy cómoda en él

La más perfecta de todas.

princesa..