Te quiero, ¿Lo entiendes? Podría repetirlo hasta que mis labios se sequen y las palabras dejen de tener sentido. Podría escribírtelo en francés o en chino, al revés, con letras rojas o con tinta invisible. Podría tatuármelo en la frente, para que lo vieras cada vez que me miraras. Podría hacer que un avión lo escribiese en el cielo, como en las películas, o que apareciese en el marcador, en el medio de un partido. Pero no me gustan los aviones, ni se hablar chino ni francés, me dan miedo las agujas y nunca supe encontrar tinta invisible. Solo me queda decírtelo. Te quiero, ¿vale?
He tocado fondo, pero estoy cómoda en él
Me caigo, me levanto. Siempre igual, siempre la misma piedra. Soy de apariencia fuerte y carácter débil. Sonrío aun sin sentirlo, y aunque no lo creas, me duele escuchar tus problemas, me duele cómo me dices que tienes problemas con los demás, me duele que me digas que tienes un asco de vida, cuando no sabes cómo me siento yo. No sabéis lo que es escuchar a la gente hablar de que les gustan las cosas a la cara y que a mí me critiquen por ello, por ser sincera. Nadie sabe lo que duele levantar a alguien, y que al levantarlo te agarre del brazo y te tire a ti. Nadie sabe lo que sufren mis oídos, poniendo Hardcore a toda ostia, para no escuchar a mi cabeza diciéndome lo estúpida que soy por darle una oportunidad a él. Nadie sabe que yo también tengo sentimientos, que si me enamoras y luego te vas con otra me duele joder, me duele.
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