La verdad es que, si algo he aprendido estos últimos días, es que no puedes conformarte con poco, y menos si hablamos de amor. No podemos conformarnos con el típico buenorro rubio de ojos azules, pero que en realidad es un capullo, sí, de esos que se creen príncipes azules y no llegan a pitufo... Hay que tirar a lo alto, y repito que no hablo de físico, hay que tirar a lo alto de personalidad. Hasta hace un tiempo yo era de esas que se pillaban por putones que bueno, le dicen cosas bonitas, pero no sienten lo que dicen de verdad. Son como robots, se aprenden cuatro palabras de memoria con las que las tías caemos rendidas, pero no sienten lo que dicen. Hasta hace un tiempo yo era de esas. Hasta que te conocí a ti. Tímido, experto en pasar desapercibido, y bastante callado, pero con un corazón de oro, preocupándote por la gente, asegurándome que estarás aquí si me pasa algo, dándome un voto de confianza. Eres algo nuevo en mi vida, pero, ¿qué quieres que te diga? Te quiero.

Comentarios

  1. La verdad es que es tal cual como tu dices!!!. mee encantooo. NO hay que conformarse, de so estoy seguura!

    ResponderEliminar
  2. Ooooohh, me encantó a mi también, está genial como escribes, un besazo enorme, cuídate y sigue escribiendo tan relindo como escribes!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

He tocado fondo, pero estoy cómoda en él

La más perfecta de todas.

Admítela.